Miles de files peregrinan a Punta Corral, no importa el frío ni la altura, la devoción por la Mamita del Cerro mueve montañas.
Con la llegada de la Semana Santa, miles de peregrinos de los distintos puntos de la provincia y del país, se disponen a viajar a Punta Corral, lugar del santuario donde se vive la fé y devoción por la “Mamita del Cerro”.
Son cuatro los senderos definidos para arribar al santuario, con diferentes exigencias, por los que miles de promeseros que arriban a Jujuy para esta singular fecha, emprenden el camino.
La imagen de la Virgen es trasladada hacia Tumbaya para el Domingo de Ramos, luego de recorrer un trayecto de 23 kilómetros acompañada por bandas de sikuris.
Historia de la Virgen de Punta Corral
En el año 1835, por el mes de julio, en los pastizales del Abra de Estancia Vieja, Don Pablo Méndez se encontraba pastando sus vaquitas cuando se le apareció una señora vestida de blanco, de cabellera reluciente que le habló con afable majestad preguntándole qué hacía.
Maravillado y como quien conversa consigo mismo le contesta. Antes de que la aparición se diluyera, oyó que le recomendaba que al otro día volviera a buscarla.
Don Pablo quedó atónito, se encontraba perplejo y solo atinó a señalar con piedras el lugar y regresó a su rancho.
Reunido con su familia les contó lo ocurrido pero solo se rieron y otros familiares le dijeron que se había quedado dormido en vez de cuidar el ganado y que todo había sido un sueño.
Don Roque Jacinto Torres, hombre capaz y leído le aconsejó que volviera al día siguiente y así lo hizo. Don Pablo volvió pero la Señora no apareció y en su lugar encontró una piedrita blanca, extraña y pequeña que le recordaba la forma de la Virgen de Copacabana. Era tal cual: la cabeza con su corona, su manto cónico y algo modelada la figura del Niño.
Méndez regresa llevando consigo la pétrea figura y pronto la noticia recorre distancias y muchos campesinos llegaron a Punta Corral para orar ante la piedra.
Una vez en la iglesia de Tumbaya, la piedra desaparece y Méndez vuelve a buscarla donde la había encontrado. La Virgen, sin dudas, mostraba su deseo de permanecer en los ásperos pedregales de Punta Corral.
Habiendo enfermado don Roque Jacinto Torres, se encomendó junto con los habitantes de la zona a la Virgen, y prometió construir una nueva y digna capilla si sanaba de su dolencia.
El milagro se produjo y luego de su recuperación don Roque comenzó la construcción de la capilla prometida, señalándose su inicio en 1889 y terminada diez años después.
En 1891 Don Roque viajó rumbo a Potosí para comprar las campanas, la corona de plata y la Media Luna sobre la cual la Reina de los Cielos apoya su Planta.
Las Bandas de Sikuris
Aproximadamente 2.000 sikuris quienes llevan sus instrumentos musicales van acompañando la Imagen de la Virgen. Sus sonidos retumban entre los cerros.
Las Bandas de Sikuris son de distintas procedencia de Ciudad Capital, Barrio Mariano Moreno, bandas de Palpalá, Purmamarca, Tumbaya, Tunalito, Tilcara, El Aguilar, Punta Corral, Abra Pampa, el Carmen, San Pedro, etc. Son más de 40.
A lo largo del camino se observan los números de rotación, lo que indica los relevos de las Bandas, con suerte una Banda acompañará dos y hasta tres veces la Imagen.
El sonido de los instrumentos de viento emocionan durante todo el trayecto; resuenan las cañas y los tamboriles marcando el paso de los peregrinos.
Cómo llegar a Punta Corral
Existen varias opciones para llegar hasta Punta corral, una de ellas es el ascenso por Tumbaya, pueblo al que arriba la Virgen al anochecer del Domingo de Ramos. El trayecto tiene una distancia de 23 kilómetros por un sendero que se abre sobre el lecho del río Punta Corral.
Otra de las opciones es por el sendero de Tunalito, un poco más arriba del empalme de la RN 9 con la RN 52. Es angosto y empinado y se extiende 11 kilómetros por la ladera de uno de los cerros.
El camino desde Tilcara es más ancho, más cómodo pero un poco más extenso, de 25 kilómetros.
Según el camino elegido, los peregrinos suelen caminar de 8 a 12 horas, atravesando ríos y trepando laderas de varios cerros.
Desde Maimará está la cuesta más difícil, subiendo por la Paleta de Pintor, se pasa por el cerro Amarillo, El Churqui y las Doce Vueltas. La vista desde este lugar hacia la profundidad de la Quebrada de Humahuaca y el Nevado del Chañi es imposible olvidar.
Una vez en Punta Corral, nos encontraremos a 3.800 msnm, con paisajes grandiosos y una hermosa experiencia que no podrás olvidar.